jueves, 23 de enero de 2014

EL DESARROLLO DE LA GUERRA


Para la comprensión más cabal, la Primera Guerra Mundial puede dividirse en las siguientes etapas:

La crisis de julio de 1914
¿Cuál fue el suceso que dio inicio a la guerra?

El ambiente político europeo enrarecido por las disputas existentes entre  las potencias terminó por nublarse aún más con el asesinato del Archiduque Francisco Fernando y su esposa en Sarajevo (capital de Bosnia) el 28 de junio de 1914.

El homicida fue un joven bosnio (PrincipGavrilo) miembro de la Sociedad Secreta de Serbia “Unión o Muerte”, organización fundada contra el imperio austro–húngaro que venía planeando la creación de una Gran Croacia controlada por los austriacos y por supuesto, en franca contraposición a los intereses de los serbios en la región balcánica.

El Imperio austro–húngaro, convencido de la participación de oficiales serbios en el asesinato del heredero al trono de Austria–Hungría, y después de esperar cuatro semanas para terminar sus preparativos y obtener el apoyo de Alemania, decidió enviar un ultimátum a Serbia el 23 de julio de 1914.

Los serbios, si bien aceptaron la mayor parte de las condiciones en el plazo establecido de 48 horas; por otra parte, comenzaron a realizar movilizaciones de su ejército, y Rusia por su lado, inició el apoyo a sus aliados serbios; diez días después, Europa ardía en guerra.

 La fase inicial del conflicto: desde principios de la guerra hasta diciembre de 1914


El 2 de Agosto de 1914, con la toma de Luxemburgo, Alemania puso en práctica su Plan Schlieffen que consistía básicamente en invadir a Francia violando la neutralidad de Bélgica y Luxemburgo, pero la resistencia del ejército de Bélgica y las noticias desalentadoras que llegaban del frente europeo oriental (donde Rusia se había movilizado más rápido de lo esperado), así como el fracaso del ejército alemán en el frente occidental (pues no logró poner fuera de combate al ejército francés) determinaron que la guerra se estabilizara en una línea de trincheras, fortines y alambrados.

El fracaso en el frente europeo occidental y los constantes reveses de Austria-Hungría en la Europa del Este propiciaron que los militares cedieran una vez más ante las propuestas diplomáticas que trataban de mover la balanza de la guerra a su favor, conquistando para su causa a las potencias menores que aún no entraban a la guerra.

Para colmo de las potencias centrales, Italia se unió a los países de la Triple Entente, ya que en agosto de 1914 se había declarado neutral, pero para 1915 justificó su decisión de no colocarse al lado de los imperios alemán y austro–húngaro pues este último se anexó las regiones balcánicas de Bosnia y Herzegovina, Italia disgustada por tal hecho, puso precio al apoyo que brindaría a la Triple Entente a la cual solicitó compensaciones territoriales. Italia solicitaba el control sobre el Trentino, el Tirol, el Brennero, Trieste, Istria, Dalmacia, algunas islas de la región, además de territorios en África y Asia que eran propiedad de los imperios turco-otomano y alemán. Estas condiciones de los italianos fueron aceptadas por Francia e Inglaterra con excepción de Rusia. Sin embargo, mediante un tratado secreto firmado en Londres, Italia declaraba la guerra al imperio austro–húngaro para el 20 de mayo de 1915.

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