El aumento del armamentismo
El progreso económico e industrial de Alemania
logrado a fines del siglo XIX y principios del XX, su sistema de alianzas y su
agresiva política armamentista intimidaron a Gran Bretaña, quien hasta
ese entonces, mantenía el liderazgo de la actividad naval mundial. Por esta
razón, si bien las grandes potencias europeas “mantuvieron” la paz entre ellas;
por otra parte, no dejaron de reforzar su preparación militar incrementando
constantemente sus fuerzas terrestres y navales con equipos y armamentos.
Europa vivió así, entre 1871 y 1914 una etapa
conocida como la Paz Armada misma que culminaría con el conflicto de
1914 a 1918: la Primera Guerra Mundial.
El origen de la carrera armamentista se debe, como
ya lo expresamos en líneas arriba, a la rivalidad naval existente entre Inglaterra
y Alemania.
Alemania, pretendía igualar y superar el potencial
naval inglés para así poder disputarle el control de las rutas marítimas y el
comercio británico de ultramar; para tal fin, el gobierno germano desarrolló un
vasto programa de construcciones navales.
Inglaterra consideró la política de construcciones
navales como un reto y decidió enfrentarlo con su propia política naval que
denominaron dos a uno, esto es, que por cada acorazado alemán.
Inglaterra tendría dos. Rusia y Francia participaron, en la medida de sus
posibilidades, en la lucha por el control de los mares. Si bien la marina
inglesa continuó siendo la líder mundial, el imperio alemán pasó a ocupar el
segundo lugar en este aspecto.
El desarrollo de
la industria alemana se incrementó en la segunda mitad del siglo XIX.
Este cañón producido por las industrias Krupp y exhibido en París en 1867,
sirvió años más tarde para atacar a esa misma ciudad en la guerra
franco-prusiana. (Tomado de la Formación del Mundo Moderno. Volúmen
1, pág. 560)
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